UNA ARTICULACION DE CAUQUEVA CON LAS FACULTADES DE FILOSOFIA Y LETRAS Y AGRONOMIA DE LA UBA. SE DESTACA LA PARTICIPACION DE LA SECRETARÍA DE AGRICULTURA FAMILIAR CAMPESINA INDÍGENA.

Productores de las comunidades de Coctaca, Ocumazo, Calete, Yacoraite y Uquía recibieron semillas para rescatar y multiplicar variedades tradicionales de la región. CAUQUEVA, en el marco del proyecto financiado por la Unión Europea “Generación de valor añadido a procesos productivos agroindustriales de las organizaciones rurales de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy, Argentina)”, articuló sus acciones con el Centro Universitario Tilcara/Facultad de Filosofía y Letras y la Facultad de Agronomía, ambas de la Universidad de Buenos Aires.

Las semillas surgen de lo recolectado por Julián Cámara Hernández en base a maíces de las distintas comunidades de la región. El objetivo tiene que ver con recuperar y multiplicar esas variedades que, desde hace dos años, vienen siendo sembradas en el Pucará de Tilcara por personal no docente de la facultad. Podría destacarse que, entre las presentes en esta oportunidad, estuvieron aquellas comunidades entre las que se recogieran las muestras originales.

En la reunión no sólo se entregaron las semillas sino que se compartieron saberes y expectativas de las partes involucradas, sobresaliendo el deseo de pervivencia de los valores culturales relacionados con la producción agrícola con especies nativas y sus proyecciones culinarias. Cada una de las familias se fue con una variedad para multiplicar y resguardar de mezclas, promoviendo a la vez una alimentación más sana.

Entre esas variedades figura el maíz culli, también conocido como “morado”, con el que se elabora tanto el api como algunas variedades de chicha. También se entregaron variedades blancas y amarillas que nutren diferentes platos como el tamal, la humita y el mote que compone locros y picantes propios de la región.

Marcelo Besana, técnico de terreno y asesor en agricultura en el marco del Proyecto, subraya el valor de “recuperación de la cultura alimentaria en torno a estas variedades de maíces ancestrales. Hay un hecho simbólico muy importante que es el regreso de las semillas, después de muchos años, porque el trabajo que se ha hecho en el Pucará tiene que ver con mantenerlas sin mezcla con otras variedades de maíz”.

Las familias que recibieron las semillas son beneficiarias del Proyecto financiado por la UE. Dentro de los pasos planeados, se pautaron otras reuniones, pensándose una próxima en la comunidad de Ocumazo para el tiempo en que ya estén sembrados los maíces. En el trabajo con relación a los productores se destaca la labor de la Secretaría de Agricultura Familiar Campesina Indígena/Delegación Jujuy, por medio de Gabriela Figlioli.

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